Quizás estemos ante la mejor película del año. Lo tiene todo: un director atrevido (Darren Aronofsky), el regreso de una leyenda (Mickey Rourke), una mujer que ha madurado en la pantalla (Marisa Tomei) y una promesa que empieza a cristalizar (Evan Rachel Wood). Y si todo esto no es suficiente, en la banda sonora tenemos a Bruce Springteen (por la que ganó el último globo de oro).
Si es posible y nada lo impide propongo ir este finde a verla al cine, antes de que se celebren los Oscar este Domingo.
La vida es una sucesión rápida y continua de decisiones. Las opciones que vamos tomando, los interruptores que pulsamos, las manijas que giramos, resuenan en nuestra vida y en la de los que nos rodean, configurándolas, y, al final, definen lo que somos. Y todo cuanto somos y lo que hemos vivido está aquí, en nuestras conciencias. Esos momentos juntos, paquetes discretos de felicidad que habitan dentro de nosotros, son la fuerza invisible que nos mantiene unidos. Y que nos anima a seguir andando.
1 comentario:
Pues si, tiene muy buena pinta esta peli, parece una actuación estelar de Mickie, está bien que ciertos actores se reformen como Jean Claude. Gran director también, inolvidable Requiem por un sueño
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