La vida es una sucesión rápida y continua de decisiones. Las opciones que vamos tomando, los interruptores que pulsamos, las manijas que giramos, resuenan en nuestra vida y en la de los que nos rodean, configurándolas, y, al final, definen lo que somos. Y todo cuanto somos y lo que hemos vivido está aquí, en nuestras conciencias. Esos momentos juntos, paquetes discretos de felicidad que habitan dentro de nosotros, son la fuerza invisible que nos mantiene unidos. Y que nos anima a seguir andando.
lunes, 5 de mayo de 2008
Lisboa o Malasaña al Cubo
El término Bohemio hace referencia a muchas clases de individuos, especialmente artistas que acostumbran a vivir al margen de la sociedad, ajenos a determinadas normas, tendencias o convencionalismos. Si todos los bohemios tuvieran que vivir en una ciudad, ésta bien podría ser Lisboa. La capital de Portugal es una ciudad antigüa y decadente pero también es una ciudad especial, con una luz diferente (según dicen algunos ingénuos), con ventanales en todos sus añejos edificios y con una vida propia. Para entender lo que es Lisboa hay que estar allí, te da la sensación de estar en un lugar distinto a cualquier otro y que hay que ser un artista excéntrico para poder pasear por sus calles. El camino del aeropuerto al Hotel Amazonia, en cambio, no es muy especial, las típicas autopistas de cualquier ciudad, por lo que perfectamente todo puede ser un engaño y en realidad estás paseando por Valencia con un taxista con un taxímetro de pega.
Es importante puntualizar que hay que tener cuidado a la hora de preguntar a cualquier aborigen, la situación del centro de la ciudad sobre todo sí te has levantado a las 7 de la mañana, has trabajado todo el día, has embarcado en un autobus con alas y son las 11 de la noche en Lisboa. Esta gente se suele hacer llamar Hugo si es un especimen macho y Ana Maria si se trata de una hembra. La parte positiva de esto, es que te pueden dar a conocer los lugares que jamás se podrán encontrar en una guía turística y como parte negativa, que puedes acabar buscando el Hotel desesperadamente a las 3 de la mañana y con lás piernas pidiendo la jubilación anticipada.
Pero sí andar por Lisboa durante un tiempo estimado de 4 horas puede ser matador y puede provocar problemas logisticos con algunas partes de la vestimenta de un ser humano, moverse por sus calles en transporte público, no es menos peligroso. La pobre calidad del asfalto y los railes del tranvía combinada con la velocidad extrema de los buses provocan un miedo solo comparable con un concierto de Leonardo Dantés. Por otro lado, el instante previo a montar en un tranvía típico de Lisboa es similar al que se siente cuando te vas a montar por primera vez en una atracción del Parque de Atracciones. Y es que emoción no le falta, con sus frenos, giros y sus subidas y bajadas más que pronunciadas.
La gastronomía (ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes) en Portugal es maravillosa y el servicio es de los mejores del mundo. Eso es lo que dice Hugo en repetidas ocasiones durante la tortura que ejerce sobre sus victimas. No puedo llevarle la contraria en lo que se refiere a los platos típicos portugueses puesto que el McDonalds, un Italiano, el Txacoli y Tapas "El Gordo" no son restaurantes de la tierra. Eso sí, el parecido de las patatas bravas lisboetas y la realidad es pura coincidencia, la rapidez en el servicio brilla por su ausencia y los camareros no dominan el noble arte de hilar. A favor hay que destacar que se puede degustar una rica coca-cola por 1€ y medio en un mirador precioso, la cual te costaría practicamente 4€ en cualquier otro lugar.
Para finalizar, hay que destacar la zona de Belem, en la misma Lisboa y la ciudad de Sintra (no es una consultora informática) situada a 30 km de la capital lusa. Belem cuenta con los que para mi son los monumentos más bonitos de Lisboa, la Torre de Belem (no se va llamar Torre de Lavapies) y el Monasterio de los Jerónimos. También destaca por sus bonitas vistas de la desembocadura del río Tajo con el puente de San Francisco en el horizonte. Sintra, por otro lado, es para Lisboa lo que es Toledo para Madrid. Ciudad medieval, con palacios, castillos y calles estrechas con un alta dosis de guirismo en las calles. Es recomendable no aventurarse al monte a pie camino del Palacio de la Pena sin avituallamiento ya que puedes acabar más muerto que vivo, comiendo una magdalena y una bolsa de patatas onduladas y sufriendo un nuevo tocomocho pagando un viaje de vuelta que jamás se va a realizar. A pesar de todo, el Palacio no da pena y es un auténtico cuento de hadas. Cuidado también con los camioneros jubilados acompañados de su mujer enfermera del ambulatorio de Lavapies ya que suelen ofrecer transporte gratuito que al final puede salir muy caro.
Por tanto, Lisboa es una ciudad muy recomendable para visitar, aunque me alegro de no haber nacido alli, ya que el pavimento de sus calles y la selección natural hubieran acabado con mi existencia hace muchos tiempo.
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3 comentarios:
Apuntes:
1. Muy buena presentación de Lisboa, tendrías que mandarla a Muchoviaje.com o Planets Finito.
2. O es el tiempo que hace que no te veo o sales muy cambiado en las fotos. En una te pareces al gran Mnolo García observando el mundanal ruido y en otra parece una atractiva joven con fular rosa.
3. No me ha quedado claro si me recomiendas ir o no a Lisboa.
Pues...yo he ido 2 veces ya a Lisboa y...psssssssssssssssssss...prefiero otras ciudades...Oporto me gusto mas!
Yo de Lisboa sólo recuerdo pasar en camión por uno de los dos puentes que cruzan el Tajo...
Es que era mu pequeña y me fiu con mi papa en el camión, jejeje
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