Aquí va mi crítica de Casino Royale. He puesto lo de George Version por si queréis poner vosotros las vuestras; de esa forma quien nos lea (si es que nos lee alguien) podrá tener los tres puntos de vista.
Casino Royale es la primera película de Daniel Craig como el famoso agente del servicio secreto británico, y la primera precuela de la saga. En ella retrocedemos a los orígenes de James Bond como 007, y es precisamente esto lo que sirve de punto de partida para el film, en una escena en blanco y negro con, según algunos, reminiscencias tarantinianas.
Al margen del debate sobre lo adecuado de Craig para el papel de Bond, que, al fin y al cabo, queda irremediablemente reducido a una cuestión de gustos y preferencias, lo cierto es que esta entrega de las aventuras del agente secreto más famoso del cine ha experimentado un notable ascenso de calidad cinematográfica con relación a sus predecesoras. El guión, por primera vez en la serie, está dotado de una complejidad que, sin llegar a ser muy elevada (no olvidemos que, al fin y al cabo, se trata de un film de acción), lo sitúa por encima del resto, incluyendo las interpretadas por Sean Connery y Pierce Brosnan. El guión funciona, sus giros convencen, y no se trata del típico intento fallido (que termina por ser ridículo) de dotar de un poco de inteligencia a una película donde prima el disparo fácil. Por el contrario, consigue enganchar al espectador lo suficiente como para que las casi dos horas y media de metraje no le resulten excesivas (salvo que, como le ocurrió a un servidor, pierda uno el AVE y el bus a causa de esta duración).
En cuanto a Craig, estrena su traje de Bond, James Bond con solvencia y credibilidad y con una expresión adecuada a cada circunstancia. Y, por encima de todo, con un perfil interpretativo muy acorde con el nuevo rumbo que se le ha dado a la saga, hasta el punto de que resulta difícil imaginar a los ya mencionados Connery o Brosnan (y no digamos ya al infame Roger Moore) metidos en el rol que aquí desempeña Craig. El tiempo lo dirá, pero por el momento parece que los cambios de actor y perfil del personaje se han hecho de forma muy bien sincronizada.
Lo único negativo que, quizá, se le puede reprochar a Craig es el hecho de que en algunos pasajes del film no parece estar demasiado cómodo con su papel, sensación bastante comprensible tratándose de un Bond novato.
El resto de actores cumplen sin fisuras, y cabe mencionar especialmente a Mads Mikkelsen en su papel de villano, uno de los más sólidos y creíbles de los últimos tiempos en la saga.
En definitiva, Casino Royale no sólo agradará a los seguidores de Bond (aunque echen en falta algunos de los iconos característicos de la serie, algo justificable tratándose de una precuela), sino que incluso conseguirá que una buena parte del público que hasta ahora no se había sentido atraído por él comience a mirarle con otros ojos.
Casino Royale es la primera película de Daniel Craig como el famoso agente del servicio secreto británico, y la primera precuela de la saga. En ella retrocedemos a los orígenes de James Bond como 007, y es precisamente esto lo que sirve de punto de partida para el film, en una escena en blanco y negro con, según algunos, reminiscencias tarantinianas.
Al margen del debate sobre lo adecuado de Craig para el papel de Bond, que, al fin y al cabo, queda irremediablemente reducido a una cuestión de gustos y preferencias, lo cierto es que esta entrega de las aventuras del agente secreto más famoso del cine ha experimentado un notable ascenso de calidad cinematográfica con relación a sus predecesoras. El guión, por primera vez en la serie, está dotado de una complejidad que, sin llegar a ser muy elevada (no olvidemos que, al fin y al cabo, se trata de un film de acción), lo sitúa por encima del resto, incluyendo las interpretadas por Sean Connery y Pierce Brosnan. El guión funciona, sus giros convencen, y no se trata del típico intento fallido (que termina por ser ridículo) de dotar de un poco de inteligencia a una película donde prima el disparo fácil. Por el contrario, consigue enganchar al espectador lo suficiente como para que las casi dos horas y media de metraje no le resulten excesivas (salvo que, como le ocurrió a un servidor, pierda uno el AVE y el bus a causa de esta duración).
En cuanto a Craig, estrena su traje de Bond, James Bond con solvencia y credibilidad y con una expresión adecuada a cada circunstancia. Y, por encima de todo, con un perfil interpretativo muy acorde con el nuevo rumbo que se le ha dado a la saga, hasta el punto de que resulta difícil imaginar a los ya mencionados Connery o Brosnan (y no digamos ya al infame Roger Moore) metidos en el rol que aquí desempeña Craig. El tiempo lo dirá, pero por el momento parece que los cambios de actor y perfil del personaje se han hecho de forma muy bien sincronizada.
Lo único negativo que, quizá, se le puede reprochar a Craig es el hecho de que en algunos pasajes del film no parece estar demasiado cómodo con su papel, sensación bastante comprensible tratándose de un Bond novato.
El resto de actores cumplen sin fisuras, y cabe mencionar especialmente a Mads Mikkelsen en su papel de villano, uno de los más sólidos y creíbles de los últimos tiempos en la saga.
En definitiva, Casino Royale no sólo agradará a los seguidores de Bond (aunque echen en falta algunos de los iconos característicos de la serie, algo justificable tratándose de una precuela), sino que incluso conseguirá que una buena parte del público que hasta ahora no se había sentido atraído por él comience a mirarle con otros ojos.
4 comentarios:
Una crítica mu gonita, una crítica mu gonita, pero gonita, gonita, pero gonita
Y una foto mu gonita, pero gonita, gonita gonita, ni que se hubiera tomado en el campo, campo, campo
Una crítica muy larga y rebuscada. Además has ignoradp a la majestuosa Eva Green, sin la cual la película no sería nada. Esta no te la aceptan ni en el Criticón.
Y la chica,eh?, donde está la chica?, Tienes algún problema con las mujeres? misoginia????? je,je,je,...
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