El Verano

Este verano está siendo diferente. No pisar la arena caliente de la playa, jamás pensé que iba a decir esto, meterte en el mar con esa agua turbia de sabor “bacalao”. No pasear por la noche por el paseo marítimo, ni ir a tomar cocteles o agua de valencia en el Carioca. O simplemente no darte un chapuzón en la piscina con los amigos sin pensar en nada, sin prisas.

Ahora trabajo para una empresa de ladrones reconocida en toda España, Portugal, Grecia y parte del extranjero, para poder pagar las clases prácticas de conducir porque el PIE de mi buen amigo Constanza sólo dio para la matricula y el teórico.

Debo estar enfermo porque añoro la facultad, y eso que cada día que iba la imaginaba ardiendo con algún que otro profesor dentro. En realidad hecho de menos los días de facultad con los compañeros y compañeras (todas), las tardes o medios días en el laboratorio de medios audiovisuales, las pocas tardes de videoteca o las fantásticas prácticas.

Espero y deseo que en un futuro no muy lejano podamos ir todos (o por lo menos los de siempre) de Festival en Festival recopilando experiencias e información para nuestra primera película o proyecto en común. O a ver mundo como el Tipejo, en la soledad de su compañía y al amparo de su dominio de lenguas. Y recordar estos veranos tontos como una anécdota más, como algo pasajero, inexistente porque lo estemos pasando en grande.

Estoy convencido.